jueves, 11 de enero de 2007

Lectura (Para Roxana y Gustavo)

Anoche, en el apartamento cálido de Roxana escuché por primera vez el texto de Playa Desierta dicho por las voces de la Mujer y el Hombre I. Las voces de ambos tratando de hacerse del texto, de entenderlo y descubrir claves. Escuchar el texto en voz alta por primera vez da miedo. Supongo que leerlo en voz alta también. En la primera lectura se puede detectar lo que tengo que corregir como autora y las infinitas posibilidades que tengo de mejorar el texto al montarlo. Pero siempre se depende de los actores. Su respiración, su color vocal, su timbre, esto es lo primero que escucho. Sus procesos internos en relación a este texto que ellos deberán hacer posible. Y da ganas de estar en el teatro, en el abismo del ensayo. Primer día de lectura que abre la puerta a millones de posibilidades. Escucharlos por primera vez me perimite soñar con ellos, y poder imaginar, levantar imágenes. Estamos en el reino de Duras. Todavía no escuchamos al Hombre II, que está lejos. Pero está bien que sea así, su irrupción en el trángulo será una sorpresa. Roxana preparó mimos varios para nostros, Gustavo con su mate y sus cigarros y su mirada curiosa. Comienza el viaje de la relación misteriosa entre director y actores. Para mis actores va este texto, prólogo de Abahn Sabana David, donde Duras habla de representar y de cómo quería ella que representaran ese texto, que también tiene tres personajes, en el teatro. Para asociar libremente con lo que hemos conversado hasta ahora. Sería de preferir un decorado abstracto. Convendría utlizar el escenario en toda su profundidad. No se verían las pistas de tenis. Solo se percibiría el ruido del peloteo. Resultaría superflua cualquier figuración humana. Se la puede evocar mediante la iluminación de objetos: tumbonas, en círculo, aisladas, o cara a cara, blancas. Convendría representar la obra en un teatro de dimensiones medias, preferentemente moderno. Ella. Sus movimientos serán flexibles, va descalza. Ellos visten traje, sin ninguna negligencia en su aspecto. Nadie grita. La indicación es de orden interno La foto es de una escuela en la Indochina francesa, niñas anamitas en una lectura.

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