domingo, 18 de febrero de 2007

Actuación

Las dudas sobre el estilo. El teatro es siempre teatro, así como existe un alfabeto, una gramática, en la actuación hay siempre una forma de trabajar ineludible. Las palabras deben sugerir almas, estados, emociones, y eso es así. Todo. La base de actuar. Pero también:
El teatro tiene que mostrar experiencias absolutamente diferentes a las que muestran el cine y la televisión: el actor tiene que asumir un riesgo con su cuerpo, buscar niveles de expresividad que vayan más allá del como si representativo. A mí hay un solo teatro que me interesa y es aquel que no tiene que ver con una condición histórica, enmarcada en la psicología de los personajes. Ese teatro no me conmueve ni traduce nada. A mí me interesa un teatro de estados, que es exactamente lo opuesto: un teatro donde no hay una línea en el personaje sino que coexisten una multiplicidad de niveles que rompen la unidad del personaje y lo invaden desde distintos lados. Creo que siempre hay líneas temáticas, pero la aparición de estados de intensidad desbordan al personaje, rompen su silueta.
Entre la poética del cuerpo presente, de la pura presencia y las historias que los actores construyan, la poética de lo mínimo y de las emociones máximas, generadas por ustedes, los actores, hacia el público, quien debe experimentarlas, ustedes las generan y ellos las sienten. Porque:
Hay un lenguaje Duras. Que a menudo habla dentro de nosotros y, a veces, secretamente para nosotros. En cualquier caso es la impresión que da. Con Duras -cine y literatura indistintamente- el mirón-lector es rey. Le hace sentir emociones, unas emociones sustraídas, en lo esencial a lo prohibido y a las sensaciones fuertes que extrae de las zonas más secretas, más oscuras.
Durante los últimos veinte años de su vida, se refería a sí misma llamándose Duras: "¿Esto es Duras?" "No parece Duras en absoluto."
Y ella escribió: "La historia de mi vida no existe. Eso no existe. Nunca hay centro. Ni camino, ni línea. Hay vastos pasajes donde se insinúa que hubo alguien, pero no es cierto, no hubo nadie.
El deseo de escribir es lo que la fundamenta como individuo con un cometido en el mundo, y la escritura es lo que le dará su nombre: Duras.
Premisas para trabajar. Eso es todo.

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