miércoles, 11 de abril de 2007

Julio y las rosas

Para Julio, y su Hombre II: Imaginate que Claudia (Mujer) tuviera entre sus labios esa rosa, no entregárselas es un acto vil, pero siempre debe ser irónico y elegante. Es como si le sacaras delicadamente, pero firmemente convencido del efecto de la acción, la rosa de sus labios y se la fueras a colocar a otra persona... amada. Todavía no encontramos el impulso para esa acción. Hay que seguir buscando. Esta escena será la más ensayada de la obra. Siempre hay una así en todo espectáculo.

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